Por suerte aquí estamos otra vez. Un año más para todos y en especial para mi pequeñina. Como veréis, este año ya no aparezco en la foto doblando el lomo. Ella ya anda perfectamente y la verdad es que ha sido mucho más llevadero y mi espalda ha descansado mejor.
Ciertamente su carácter empieza a aflorar de una manera mucho más acusada y nuestros combates normalmente acaban en llanto (no puede ganar siempre), pero no dejan de ser una anécdota. En general es afable, muy risueña y siempre a punto para correr y jugar. Como debe ser para su edad.
Si la primera entrega os hice cómplices de algunos detalles, hoy voy a dejar aquí algunas de las cosas que más me han gustado de ella durante este año que hemos pasado juntos otra vez.
Lo que más me ha llamado la atención ha sido el nivel de lenguaje que está adquiriendo. Algunos de los que me leéis sabréis que le trato de hablar siempre que puedo en Inglés, pero es que esta cría lleva contando hasta 10 en Inglés desde que tenía año y medio. Sí, es fuerte y me siento orgulloso de ello. Por eso, y vistos los resultados, hace que me esfuerce más para seguir así y darle ese plus que ya tiene pero que siempre puede mejorar.
En la foto podéis ver muy poquito de su aspecto físico, pero se intuyen unas piernas fuertes y musculadas y la vitalidad de una niña de su edad. En ese punto justo estábamos preparándonos para salir pitando hacia las olas, pues no les tiene miedo, y ese arrojo ha hecho que, otro año más, tumbarme en la toalla haya sido misión imposible . Pues bien, haberme esforzado físicamente con ella también espero que tenga su recompensa y el deporte sea uno de sus pilares básicos en la vida.
Hay una cosa muy bonita que me hace últimamente y es lo siguiente: si la tengo cogida y yo estoy hablando con alguien y ella quiere que yo esté por por ella, me coge con sus manitas la cara (aunque a veces le pinche con la barba) y me pone mirando en dirección a sus ojos y me dice: "Papa, papa..." y yo le digo: "¿Qué?, Se asegura de que estoy por ella con otra salva de: "Papa, Papa..." y yo le digo "¿Qué? ¿Qué?. Una vez me tiene en el punto que quiere, que es mirándola si vacilar a los ojos, muy suavemente me dice: "Papa" y entonces yo, pues me derrito...
Otra gran cosa con la que disfrutamos mucho juntos es viendo fotos. Me coge de la mano y me dice: "Papa, fotos al móvil". Nos ponemos en el sofá o en la cama tumbados boca abajo y vamos pasando fotos y vídeos. Los smartphones ha facilitado bastante la tarea. Es innegable lo que la entretiene y lo que se ríe viéndose a sí misma haciendo cosas cotidianas y otras no tanto.
Como ya es más grandecita, creo que me aceptará en este post una crítica. Es mandona. Le cuesta a veces aceptarlo pero ella lo sabe. Le encanta mandar y además hacer las cosas a su manera. De otro modo no vamos bien. Tiene que ser lo que ella dice o de lo contrario berrinche al canto. ¿Aprenderá a vivir con la frustración de no conseguir siempre lo que uno quiere? Espero que sí.
No quisiera dejarme un punto del que me he dado cuenta muy vivamente este verano. Los padres. Están ahí y cuando somos pequeños no nos damos cuenta, pero hacen cosas para tenernos entretenidos Nos llevan a sitios para que veamos mundo. Nos hacen la comida (aún hoy). Nos cuidan. Y todo eso lo hacen por amor. Hicieron eso conmigo y yo se lo agradezco muchísimo. Por eso ahora yo, siguiendo ese valioso ejemplo, trato de hacer lo mismo con mi hija. Esperemos que esta hermosa cadena no se rompa nunca.
La verdad es que se me ocurren muchas otras cosas, pero aburrir a la gente no es mi fuerte, así que ya solo me queda felicitar a mi hija por su segundo cumpleaños. Te quiero mucho pitusa.
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